sábado, 11 de mayo de 2013

EL FOLCLORE COMO FORMA DE VIDA


Cuando íbamos a empezar este bloque, yo me pregunte que sería eso de los textos folclóricos, algo que ya explicare un poco más adelante. Pero tuve más confusión cuando empezamos a decir títulos de películas de Disney y la mayoría de ellas provenían de cuentos o novelas folclóricos que ni siquiera eran infantiles, muchas de ellas eran guiones cinematográficos creados explícitamente para niños. Un ejemplo de ellos es:
CUENTOS
NOVELA
GUIÓN
CAPERUCITA ROJA
BAMBI
EL REY LEÓN
LOS 3 CERDITOS
EL LIBRO DE LA SELVA
TODD Y TOBY
LA PRINCESA Y LA RANA
EL JOROBADO DE NOTRE DAMM
LA DAMA Y EL VAGABUNDO
RAPUNZEL
DUMBO
LA BRUJA NOVATA
ALADDIN
ROBIN HOOD
MARY POPPINS
BLANCANIEVES
TARZÁN
BICHOS
LA BELLA DURMIENTE
PINOCHO
ANTZ
PETER PAN
ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS
CARS
LA BELLA Y LA BESTIA

A lo que voy, los textos folclóricos son aquellos que no tiene autor, bueno en realidad si tienen, el autor es el propio pueblo que los ha transmitido tanto horizontal como verticalmente, lo que quiero decir con esto es que estos textos han traspasado fronteras y se han ido contando de generación en generación a lo largo de mucho tiempo, por ello es muy posible que existan diferentes versiones de un mismo texto inicial.

Como he dicho al principio, la mayoría de estos textos ni siquiera son infantiles, simplemente se contaban en el seno familiar donde los podía oír cualquier miembro de la familia, ya fuesen niños, mayores o abuelos, ya que se contaban para entretener. Quiero destacar que estos textos son adaptativos al aula, es decir, que como maestros podemos adaptar los cuentos a nuestro grupo de alumnos, al fin y al cabo sería una versión más de las tantas que ya hay, y de esta forma convertirlos al público infantil.

Estas historias son reflejo de las épocas por las que han pasado a lo largo de los siglos, por lo que reflejan sueños, deseos o ilusiones (encontrar el amor, recuperar la salud, conseguir dinero o poder…) o temores de la gente del pueblo de cada momento evolutivo. Respecto a los temores de las personas, lo podemos comprobar con las falsas muertes que se dan en la mayoría de las historias: el/la protagonista medio muere y la única forma de despertar es mediante un beso. Además, también muestran la sabiduría popular, a pesar de no haber estudiado, a través de la simbología.

Mucha gente tiende a confundir con que estos textos tienen moraleja y no es así, lo que sí es posible es que tengan multitud de enseñanzas que se pueden adquirir según se vaya creciendo, como por ejemplo que la vida nos enseña que muchas veces recibiremos ayuda de quien menos nos lo esperamos, así como, que tenemos que ser humildes y aceptar las ayudas que nos hagan.

Los cuentos folclóricos han pasado de ser un recurso de entretenimiento para las familias y de contarse en un entorno cercano, a estudiarse. El primero en hacerlo fue el ruso Vladimir Propp. Éste, en los siglos XIX-XX, se empieza a interesar por los cuentos folclóricos rusos de siempre.

Su tesis fue de los cuentos folclóricos rusos, de lo que la gente le contaba. Recogió cuentos, cuaderno en mano, que la gente recordaba. Descartó los textos de autor centrándose en los folclóricos. Realizó la primera clasificación de los cuentos tradicionales rusos, que aún se conserva:
§  Mitos: cuentan hazañas de héroes y dioses. Y se pueden dividir en mitos, leyendas hagiográficas (santos) y leyendas.
§  De animales: todos los personajes son animales, no hay humanos. Dentro de este grupo están las fábulas: cuento muy específico que por encima de su carácter de entretenimiento, está su carácter moralizador; y los textos de animales: que no incluyen moraleja y sus personajes adoptan roles de humanos, se trata de textos más infantiles.
§  De fórmula: una especie de cajón de sastre donde se incluyen muchos tipos de cuentos:
o   Cuentos mínimos: son ideales para bebés. Algunos van acompañados de canciones, gestos...
o   En los que siempre se repiten las mismas palabras
o   Cuentos acumulativos: que se usan mucho en el primer ciclo de infantil. Tienen un argumento muy sencillo y el cuerpo del cuento se compone al ir añadiendo personajes. Son ideales para hacer pictocuentos.
§  De hadas y personajes mágicos: en estos textos se mezclan a los seres humanos con animales que hablan.

Después de Propp, otros muchos hicieron otras clasificaciones de los cuentos folclóricos. Destacan Gianni Rodari con su clasificación pedagógica y Sara C. Bryant con su clasificación funcional.

A lo largo de la historia han sido muchos que se han dedicado a recopilar y adaptar muchos de estos textos folclóricos, por los que gracias a ellos han llegado esos textos a nuestros oídos.

En un principio, los cuentos folclóricos no interesaban a la clase alta, sólo a la humilde. Sin embargo, el rey de Francia (siglo XVIII) era un apasionado de ellos. Tanto que contaba con un contador particular de historias, Charles Perrault. Después de oír tantos cuentos por parte de su nodriza, decidió adaptarlos con una intención moralizante hacia la corte francesa de su época, además, añadió en todos los cuentos una moraleja en verso.

A la sombra de este aparecieron otros recopiladores como Arman Berquin, quien publicó un cuento llamado “El lobo blanco”, cuyo origen está inspirado en la mitología greco-latina.
Tras ella destaca Madame Leprince de Beaumont, autora de “almacén de cuentos”, pero más conocida por haber recopilado la historia de “La Bella y la Bestia”.

Llegando el siglo XIX, aparece en Alemania el romanticismo que esta influenciado por el egocentrismo y el nacionalismo.

De esta época destacan los hermanos Grimm, filólogos que querían salvar la lengua romana, por lo que se dedicaban a escribir diccionarios. Su editora les propuso plasmar en papel las historias folclóricas alemanas manteniendo las historias que el pueblo les decía, pero dándoles un estilo literario.  Cuando sacan la 1ª se agota, por lo que deciden sacar una 2ª edición pero más ampliada, también se agotó. Al darse cuenta de que la mayoría de sus compradores eran niños, deciden sacar una 3ª edición, pero está vez adaptada para niños: “Cuentos del niño y el hogar”.

Hoffman recogió historias folclóricas y las publicó en el “Cascanueces y el rey de los ratones”.
Durante esa época, en España destacó Cecilia Böhl de Faber bajo el nombre de Fernán Caballero, que, guiándose por su intuición, se dedicó a recopilar textos populares infantiles, canciones de comba, de corro…

Con la llegada del Realismo, aparece Hans Christian Andersen que es el encargado de recopilar los textos folclóricos más famosos, como por ejemplo “La Sirenita”, que fue tan famosa que se hizo una escultura de ella en Copenhague. La mitad de sus cuentos son de creación propia cargados de realismo, como “El patito feo”, “La cerillera” o “El soldadito de plomo”.  Y la otra mitad son adoptados del folclore con intención “a su gusto personal”, por ejemplo “Reina de las nievas”.

Llegando a finales del siglo XX, es España podemos destacar una serie de nombres.

Saturnino Calleja, fue un editor que se dedicó a publicar libros para niños y jóvenes. Eran libros paraliterarios (moralizantes o didácticos) o adaptaciones de cientos folclóricos, para ello seguía unas pautas editoriales, es decir, adaptaciones moralizantes, o recortaba párrafos en los cuentos que no cabían y añadía en los que no había suficiente texto.

El Padre Colomo uso los cuentos para moralizar católicamente a los niños. Escribió, actualizó y adaptó cuentos. Fue el inventor de convertir personajes paganos en católicos (por ejemplo, cambio las hadas por los ángeles). Nombraba mucho al demonio a que llamaba Pedro Botero y al infierno al que asigno el nombre de “las calderas”.

Por último no puedo olvidarme de la simbología que estos textos conllevan.

Según Propp existe un Núcleo Familiar 1, el cual representa el comienzo de la historia y, además, es el encargado de proteger a el/la protagonista, es su hogar. Por algún motivo, los personajes deben de salir de ese núcleo realizando así un viaje iniciático donde deberán superar una serie de obstáculos que les llevarán al Núcleo Familiar 2. Esta transición de Núcleo Familiar conlleva a una evolución de la vida del personaje, empieza siendo un niño que pasa a ser adolescente durante el recorrido iniciático, y que termina siendo adulto cuando llega al segundo Núcleo Familiar.

Hablando de los roles, encontramos siempre un protagonista, que será el referente de los niños. Éste es quien realiza el viaje iniciático. Por otro lado están los antagonistas que, generalmente, son los enemigos del protagonista al que quieren hacer daño. Por último están el resto de personajes que van conformando el viaje iniciático del protagonista, pueden ser amigos o enemigos. Estos últimos personajes se pueden dividir en malos, que son quienes ayudaran al protagonista a madurar, a que sea más astuto, etc., gracias a ponerle pruebas de las que saldrá airoso; y en buenos que son personajes humanos, animales o seres mágicos que serán quienes le ayuden a superar los obstáculos de una manera inesperada.

Me gustaría comentar una experiencia que tuve en el cole donde estuve de prácticas y que gracias a esta asignatura me he dado cuenta que fue un gran error por parte de la profesora sacar una moraleja de este cuento. Un día la tutora contó a los alumnos el cuento de los 3 cerditos porque iban a representar la obra en el colegio. La cosa es que cuando terminó de contarlo les preguntó a los niños que les parecía el cuento, que habían aprendido… preguntas típicas, en definitiva. Las contestaciones de los niños fueron muy variadas, que si el ladrillo era más duro, el cerdito pequeño era muy vago o que el lobo tenía mucha fuerza pero luego se había cansado, pero la profesora en vez de aceptar esas respuestas como válidas lo que hizo fue decirles, que lo que pasaba es que había dos cerditos que les gustaba mucho jugar y poco trabajar y otro que prefería trabajar bien y luego si podía jugar, vamos la idea que tiene todo el mundo de este cuento que encima no es correcta.

La idea correcta de este cuento es que, el cerdito pequeño representa la infancia, época en la que los niños muestran más interés por el juego y pasarlo bien que por trabajar, que en realidad lo que tiene que hacer es jugar. El cerdito mediano refleja la adolescencia, edad en la que saben cómo son las cosas pero tienen más interés por otras. Y el cerdito mayor, simboliza a los adultos, los cuales saben que deben tener paciencia e invertir tiempo en algo para que acabe siendo más duradero y eficaz.

En mi opinión todos estos cuentos no deberían perderse, pertenecen a nuestra historia y forman parte de cada uno de nosotros de una manera o de otra. Porque todos tenemos ese cuento o esa peli preferidas y que seguramente pertenezcan a este tipo de textos, el folclore. Desde luego yo como futura maestra, pienso seguir colaborando con la transmisión de estos textos porque los niños necesitan que les cuentes cuentos, les gusta y algún día lo agradecerán, como lo agradezco yo ahora.

1 comentario:

  1. Bien.

    No has hablado de las manifestaciones folclóricas en verso y dramáticas... al menos de las cercanas a la infancia.

    Debes hablar de qué uso tiene el conocimiento de la simbología de los cuentos para una maestra.

    En las conclusiones finales, debes tener en cuenta también los otros géneros literarios.

    Puedes usar otros blogs para inspirarte, pero no copies párrafos completos (http://literaturainfantil-quitaqueahoraleoyo.blogspot.com.es/2010/12/reflexion-del-bloque-ii-los-textos.html)

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