miércoles, 15 de mayo de 2013

BLOQUE 3


En primer lugar, destacar la importancia de seguir contando cuentos a los niños aunque sepan leer, hay que ofrecerle al niño una experiencia artística. Por ello hay diferentes materias primas para transmitir cuentos:

Uno de ellos son los libros de autor (álbumes de imágenes): debemos ser conscientes de lo que nos aportan los libros. Es importante saber seleccionar los libros según sea el receptor. La forma ideal de transmisión es a través de la lectura de libros, en el caso de que falle algo en el lenguaje debemos contar el libro apoyándonos en él.

Por otro lado están los textos folclóricos: la función del maestro es adaptarlos, la mejor forma de transmitirlos en clase es contándolos y así seguir con la tradición.

Y, por último, están los textos creados por y para los niños por los maestros: lo ideal es leerlos, pero también se pueden contar a la vez que se enseñan los dibujos.

Existen tres estrategias básicas de transmisión de la literatura a los niños (leer, contar y narración con libro). Para ello debemos poner atención al vocabulario ya que es importante que se adecue a la edad porque ellos no saben buscar en el diccionario, por lo que asocian el significado de las palabras según el contexto en el que se expongan.

La primera estrategia es la lectura: leer es reproducir literalmente en voz alta lo que está escrito. Lo ideal es leer mientras enseñamos las ilustraciones. Pero pueden darse algunos problemas con fácil solución:
-       Si es un libro pequeño, lo mejor es escanear o fotocopiar a color el libro de manera que aumentemos el tamaño y hacer un dosier de pasta dura con ello. También podemos usar las nuevas tecnologías como la pizarra digital o el proyector.
-       Si el libro es demasiado grande y es costoso leer a la par que enseñamos los dibujos, lo que se puede hacer es copiar el texto y ponerlo en algún sitio en que nosotros lo veamos.

La lectura tiene que ser un modelo de lectura adulto, por tanto ha de ser fiel al texto y no adornarlo, es decir no cambiar las voces de los personajes. Debemos leer de forma natural, de forma expresiva, pero sin salirse de lo adecuado. No debemos centrarnos en el texto sino en los niños. Esta estrategia es más adecuada para el segundo ciclo.

La segunda estrategia es la narración con libro: contar una historia basándose en las ilustraciones mientras se enseñan. Contar con nuestras palabras, por lo que se puede poner todos los adornos que se quiera. No es necesario cambiar las voces porque los niños entienden a los diferentes personajes. Esta técnica es más adecuada para el primer ciclo. Es interesante que lo niños intervengan. Es importante que esta estrategia se prepare con antelación.

La tercera y última estrategia es la del cuentacuentos: contar cuentos bien no es fácil. Los cuentacuentos se aprenden el cuento y lo representan. Tiene que ser algo vivo, requiere interactuación verbal con los niños. Se puede comparar en cierta medida con el teatro ya que tienes que “actuar” mientras lo cuentas. Deben ser cuentos cortos, generalmente con nudo acumulativo.

En una clase de educación infantil es mejor adaptar los cuentos según los niños que haya en la clase y no leer el primero que encontremos.

Son diversos los motivos por los que la literatura infantil debe estar presente en la   escuela infantil. Algunos de ellos son los siguientes:

- Despierta la afición a la lectura.
- Aporta estímulos lúdicos que generan motivación para el desarrollo del  lenguaje y actitudes psicoafectivas muy positivas.
- Es una forma de acercamiento entre la vida y la escuela.
- Da respuesta a las necesidades íntimas del niño y la niña, respuesta que se traduce en el gusto que el niño y la niña manifiesta por ella.
- Estimula la presencia de nuevas situaciones, gracias a la construcción de  frases inéditas y el empleo de formas de expresión más amplias.
- 
Como docentes, la narración o lectura de un cuento debe llevar consigo una serie  de objetivos didácticos que el cuento va ayudar a alcanzar. Algunos de ellos son los  siguientes:

1.    Interesarse y apreciar los cuentos, en particular, y los libros en general, como  medio para saber más y para disfrutar en solitario o en compañía de otros.
2.    Favorecer el desarrollo de las habilidades motrices, cognitivas y personales del   alumno para mejorar su maduración de cara a la lecto-escritura.
3.    Ampliar el lenguaje oral a través de la dramatización de escenas del cuento, de  las conversaciones posteriores a la lectura del mismo, etc.
4.    Desarrollar la creatividad y la imaginación a través de la creación de nuevos  finales.
5.    Desarrollar el lenguaje oral y su expresión a través de la memorización de  frases representativas de cada personaje.

A continuación voy a exponer una serie de consejos para no fallar con la elección de los cuentos:

-      No debemos escoger libros de “los cuentos de Andersen” en los que alguien lo ha adaptado pero no pone que criterios ha seguido para adatarlos y en los que tampoco sabemos si son adaptaciones o traducciones.
-    Respecto a los cuentos de Disney, podemos comprar como madres, pero como maestras no ya que es la película escrita en un cuento y, en ocasiones, resumidos (cosa que es peor).
-       Los cuentos de Hoffman  son recomendado a pesar de ser libros de adultos, pero ahí destacamos el papel de los maestros que deberían leérselo y adaptarlo para sus alumnos.
-       “La memoria de los cuentos”, un viaje por los cuentos populares clasificados según los países. Nuevamente, es un libro para adultos por lo que habría que adaptarlos para el aula.

Ha sido un bloque bastante bonito que además nos aporta bastante para nuestro futuro como maestras. Además, narrar/contar/leer en voz alta un relato a un niño supone una actividad de gran valor intelectual, cognitivo y emocional, que todo padre o educador debería poner en práctica cuanto antes. Incluso se convierte en una magnífica forma de crear complicidad y de estrechar vínculos afectivos entre unos y otros.

Gracias a narra/contar/leer cuentos, hacemos que los niños adquieran un hábito de lectura, de alguna manera se estimulan la fantasía, la sensibilidad, la memoria y la expresión, también ayudan a desarrollar el lenguaje y a mejorar el conocimiento espacio-temporal. Muchos de los cuentos transmiten valores de los cuales los niños pueden ir aprendiendo, como puede ser la empatía, la paciencia, la amistad, etc. También les enseñan a diferencias los sentimientos (miedo, amor, alegría, ira, deseo,…) y muchas otras cosas más que se aprecian al realizar esta actividad. Pero la conclusión sería la misma, debemos seguir con esa tradición que viene de hace muchos años de narrar/contar/leer cuentos a los niños, todo lo que les podemos aportar con esta actividad es bueno.

En mis prácticas no aprecie mucho esta actividad, apenas dos o tres veces en 3 semanas, y pude observar que a los niños les gustaba mucho estar en el rincón de lectura y contarse entre ellos los cuentos y, además, en esas pocas ocasiones se les veía muy contentos y muy ilusionados. Por lo que desde este humilde blog hago un llamamiento a todos los maestros actuales y futuros. LEER, CONTAR O NARRAR CUENTOS A VUESTROS ALUMNOS.

La información sobre algunos motivos por los que debe estar presente la literatura infantil en el aula y los objetivos didácticos que deben llevar la narración o la lectura los he sacado de este documento: “El cuento en Educación Infantil: un mundo de Actividades “http://www2.fe.ccoo.es/andalucia/docu/p5sd4671.pdf



"Las palabras constituyen la droga más potente que haya inventado la humanidad”. (Rudyard Kipling)

2 comentarios:

  1. Perfecto, pero quita el nombre de la editorial Susaeta, no vaya a ser que nos demanden por hacerles anti-propaganda.

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